La torre… el templo
¡La torre… el templo… Ah! Yo que en la vida
un templo hermoso vi, tanta grandeza
de repente al mirar, sobrecogida
bajé sobre los hombros mi cabeza
cual si se fuera a hundir; yo enternecida
a tan solemne y mágica belleza
lloré admirada, sin rubor lo canto,
de tierna sensación gota de llanto.Carolina Coronado
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